La moda es una de las industrias más contaminantes en la actualidad y ha sido criticada durante años por ser una de las mayores responsables de potenciar la caza indiscriminada de algunas especies. La realización de cada pieza de vestuario fotografiada estuvo a cargo de la marca TQILA, una marca de moda creada por la diseñadora cubana Lisandra Ramos, cuya política de trabajo es la reutilización de tejidos descontinuados y excedentes de materiales considerados, en un punto de su vida útil, como desechos. Demostrando así como se pueden mantener los valores estéticos de una manera más consciente.

El concepto principal es la humanización de estos animales, y se manifiesta con la presentación de manera visual de sus historias de vida y con testimonios reales de los propietarios de elementos óseos utilizados en la relización de cada pieza. Para la creación de este proyecto de moda se optó por la utilización de un maniquie en una misma pose, como elemento inanimado en contraposición con la sencibilidad de este tema y con todo lo que conceptualmente sucede en este proyecto.